Los inasequibles al desaliento

Los inasequibles al desaliento

miércoles, 8 de enero de 2014

Parkinson airoso.

Esta semana se ha adelantado la salida al sábado para evitar cruzarnos con los Reyes por algún camino perdido. No volvemos a arrejuntar con miembros de Los Atajos y salimos una cuadrilla mas amplia de lo normal. Pasamos lista:  Eliseo, Cañas, Ismael II, Jesús y yo, además de Ricardo, Alfredo y Vega de “Los Atajos”.

No hay nada previsto, creíamos que iba a llover pero la mañana es soleada y con temperatura agradable a si que como primera propuesta vamos hace la Calvijo Nalda para evitar el barro, en un cruce se decide ir por la senda del la regadera hasta Nalda, por lo que es necesario subir la cuesta de las vacas. Con el calentón y el solecillo que hay se anima el personal a proponer una segunda moción para hacer las Neveras, se aprueba mas o menos con unanimidad y nos dirigimos hacia Sorzano, pero es pasar el guardaviñas cuando comienza a soplar un viento en contra muy fuerte y que empieza a dejar algo de lluvia, el Moncalvillo se pone negro y cuando llegamos al cruce de la carretera paramos a arreglar un pinchazo de Ismael II, mientras unos colaboran, los demás vamos viendo como el viento de costado hace ir a los carreteros medio de lado.

Poco tiempo después algo ocurre que los podencos se ponen de muestra, han olido algo y se decide visto el temporal que hay de bajar a Nalda por carretera (al menos vamos por una ruta nueva). Todos en fila luchando contra el viento que nos inclina en un pintoresco ángulo de pedaleo llegamos a Nalda, Otra parada para ver que hacemos.
Se propone subir a Clavijo desde Albelda por la Raposa que parece que el temporal allí no ha llegado, cogemos la susodicha cuestecita y la madre naturaleza pone a cada uno en su lugar, al menos el fuerte viento es a favor y se nota y en vez de subir a 3 Km/h podemos subir a 4 Km/h.

Los de adelante se han quedado fríos esperando y ya que estamos se propone hacer la Senda del Parkinson, unos decimos que si y otros como no la conocen  no dicen nada aunque a lo largo de la senda se oirán algunas imprecaciones, blasfemias, reniegos y demás adjetivos peyorativos. Aun así en los primeros metros dudamos pues el viento es muy fuerte y te saca de la trazada, hay zonas de la senda que es mejor no caerse, pero el aire pega hacia la derecha que al menos es donde no esta el precipicio.
 

Poco a poco, reagrupando, disfrutando unos y jurando otros llegamos a Alberite donde empieza a llover, vamos por la senda del Iregua donde nos alcanzan Oscar y Luis hasta el parque del Ebro y comienza a caer el diluvio para poder llegar a casa bien mojaditos y ahórranos  el euro del agua a presión.




















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